SALIDA DEL 16 DE MAYO


Un día primaveral no propicio para alérgicos. Sol, temperatura agradable. Un día perfecto para pedalear por nuestra comarca. La salida como siempre desde la Plaza Castilla. Hora: las nueve de la mañana. Buena hora. Mucha presencia de socios. Un día animado.
Sin calentamiento previo, la etapa comienza subiendo desde primera hora por la Avda. de la Legión en dirección hacia el Valle de Abdalajís. Saliendo de la urbe podemos apreciar a nuestra izquierda unas bonitas vistas de nuestra ciudad y de un magnifico entorno donde predomina el verde. Bueno, el que quiso o pudo observarlo. Porque los "fieras", como siempre, pusieron la directa y dejaron atrás un segundo grupo que no volvieron a ver hasta llegar a la parada obligada en restaurante El Quiosco de El Chorro. Llaneando por la carretera
del Valle, el segundo grupo ve desaparecer tras de si a Juanjo Carrasco. -¡Que raro!- comentan. Poco después, la furgoneta de asistencia, conducida por Antonio Rojas, les adelanta con Juanjo de copiloto dándonos la noticia de que ha roto la cadena de su Orbea. Así que, a continuar sin él. La carretera ahora nos hace descender y agarrados con fuerzas al manillar vamos cogiendo velocidad. Pero hay que tener cuidado. Muchas curvas en zigzag, algunas muy pronunciadas, y el asfalto en algunos tramos está regular.

Baja que te baja, llegamos al cruce de Gobantes. Dejamos a la izquierda la carretera del Valle y giramos a la derecha donde nos espera una primera rampa que asciende en su parte mas peliaguda al 13%. Superada esta, es siempre un sube-baja, un rompe-piernas, un lugar de bello paisaje aunque de duro camino para un ciclista. En ese trayecto, donde las bajadas son igual de pronunciadas que las subidas, nos dejamos caer alcanzando velocidades considerables intentando robarle algún que otro metro a la subida que le sigue. Aunque eso trae algún que otro inconveniente; hay que afrontar la subida con el plato y piñón adecuado, si no... que se lo pregunten a más de uno que a media subida se le salió la cadena o se quedó trabado.
Mientras pedaleamos por placer por este recóndito lugar, recuerdo una frase de Mariano :"Que afortunados somos de poder disfrutar de la naturaleza y de este deporte por estos lugares tan magníficos". Pués sí. La razón sólo tiene un camino. Pensé de inmediato en esos pobres aficionados que viven en medio de las grandes urbes y que, para disfrutar como lo hacemos nosotros, tengan primero que carga
r la bici en el coche para encontrar un lugar sin contaminación y sin tráfico y así poder sentir esa paz que nos regala la naturaleza. Nuestra naturaleza, aquella que estamos día a día descuidando.
Pasan los kilómetros y nos acercamos al pantano de El Chorro.

Su imagen de postal nos va alegrando la mañana. Que azul. Que bonito. Cuanta agua almacenada después de todos estos meses de lluvia. Admirando su belleza llegamos a la mitad de nuesto recorrido. Todo perfecto menos para Jorge Ropero que pincha rueda poco antes de llegar a la parada oficial. Lo escuchamos maldecir, pero esa es la suerte del ciclista.
En el restaurante El Quiosco que se encuentra situado al pie del pantano, toca estirar piernas y desayunar. Allí nos encontramos con Juanjo Carrasco que ya había reparado su cadena y con Francisco Delgado que, el listillo, salió algunos minutos antes del pistoletazo de salida (cosa que las normas del Club prohibe) .
Nos acomodamos al solecito, reponemos fuerzas y vuelta a empezar. Ahora se trata de desandar lo andado. Otra vez
el rompepiernas. Otra vez a "sufrir". Otra vez a contemplar el bello paisaje que nos envuelve pero, esta vez, desde otra perspectiva, desde otro ángulo, con otras fuerzas, con otras ganas. Otra vez los "fieras" se van de rositas y el mismo segundo grupo pedalea a la zaga. Menos mal que el día es propio; sin aire, con buena temperatura, con un solecito que invita a salir el domingo por la mañana a pedalear, a disfrutar de nuestra pasión por la bicicleta.
Por último, reagrupamiento en "El Mirador" con Antequera a la vista, a un paso de la Plaza Castilla de donde salimos hace tres h
oras. Sesenta kilómetros entre pecho y espalda. Todos bien. Sigue el buen ambiente, aquel con el que salimos. Da gusto salir con el Club. Ahora solo falta la vuelta por Antequera de rigor para dar publicidad a nuestros patrocinadores y para animar a gente aficionada como nosotros a que se apunte a nuestro C.C. "El Torcal de Antequera" y disfrute como todos lo hemos hecho en este espléndido día. Hay sitio para todos. Para los que corran más, para los que menos, para los que quieran y deseen disfrutar del cicloturismo o simplemente para los que quieran sentirse bien física y sicologicamente. Animamos a jóvenes, mayores, chicas, parejas en tandem, padres e hijos, a madres e hijas a todo aquel que sin duda quiera vivir la vida desde un punto diferente, sin dañar a nada ni a nadie, solo obteniendo beneficios propios y compartiendo aficion con mucha mas gente que te respetará y te acompañará, que te ayudará a sentirte mejor aunque sólo sea por unas horas, pero que sin duda, cuando llegues a casa reflexionarás y diras para ti mismo/a: "ha merecido la pena".

Conclusión: me quedo con las palabras de Mariano: "¡Que afortunados somos!".



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