PEDALEA SIN COMPLEJOS


A quién no le ha sucedido haberse quedado mirando a un ciclista con sobrepeso que se nos ha cruzado en el camino e incluso hemos hecho algún comentario al respecto. Los que salimos habitualmente sabemos lo que se sufre en la bicicleta aún estando fino. Y cuando vemos a estas personas a nuestro lado pensamos en lo que debe estar pasando el pobre sobre el sillín. La verdad es que después de pensar un poco me siento un ignorante más de esta sociedad. Quizás esta persona disfruta de nuestra pasión igual o más que nosotros. Porque no es necesario una forma física o un aspecto concreto para poder montar. Simplemente se trata de sentir, de vivir sobre la bici igual que hacemos nosotros, pero cada uno a su nivel. Nosotros podemos disfrutar haciendo una centuria en x horas y otros pueden hacerlo dando una vuelta a la manzana de su casa sin un tiempo marcado. Solo se trata de sentirse bien con uno mismo y por eso después de recapacitar por unos instantes me siento un poco ridículo de aceptar que, cuando ví a cierta persona con sobrepeso, pensé cuando no debía ni tan siquiera pensar. Por eso animo a todo aquel que tenga prejuicios en hacer bicicleta por su sobrepeso para que pasee y sienta el mismo placer que siente cualquier cicloturista, porque estar gordo no es excusa para no divertirse en la bicicleta.
Algunos obesos perciben la bici como un castigo o un método impuesto para adelgazar y pronto abandonan la idea de darle a los pedales. Otros no se atreven ni a intentarlo por miedo a hacerse daño, romper la bici o ser el centro de todas las burlas.
Algunos menosprecian a las personas obesas y las relacionan con la pereza, la codicia y la fealdad, y muchos llegan a creer que esto es verdad. Afortunadamente, montar en bici les puede ayudar. Si eres obeso es probable que la última vez que te planteaste montar en una bici fuera como un medio para perder peso y te hiciese sentir la bici como una obligación y te hiciste una mala imagen de ti mismo llegando a sufrir un estado de ansiedad por la presión. Es poco probable que estas sensaciones te hagan sentir bien de ninguna de las maneras.
Existen muchas razones que hacen que la gente con sobrepeso sea reticente a subirse al sillín. Quizás no has montado en bici desde que eras niño, o puede que nunca hayas aprendido. También es probable que lo asocies más a un castigo para perder peso que a una actividad de la que podemos disfrutar por derecho propio. Algunos os preocupáis al ver que no estáis en buenas condiciones físicas y ésto, combinado con un acoso emocional —o incluso el temor a sufrirlo— es suficiente para quitarse de la cabeza la idea de un agradable paseo en bici. Incluso la gente con mayores problemas de sobrepeso llegan a preocuparse por si estropean la bici o por si se hacen daño ellos mismos, además de la dificultad añadida de encontrar la ropa apropiada.
En primer lugar deberías elegir una bici apropiada donde pedalees a gusto. Después, no tienes que ser como esos mensajeros embutidos en licra que zigzaguean rápidamente entre el tráfico. Márcate un ritmo que te siente bien, trabaja con las capacidades de tu cuerpo —no en contra de ellas— y sé bondadoso contigo mismo. Si una vuelta al parque es suficiente, entonces que así sea. Cada persona con sobrepeso tiene una deprimente historia que contar sobre la hostigación y burla que sufre en la calle. Y un ciclista gordo es un blanco fácil para comentarios desagradables. Probablemente tengas tu propia manera de tratar con esas personas que molestan, aunque ignorarlas es la mejor política. Eso sí, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente si te sientes frágil sobre la bicicleta. Sin embargo, no dejes que esa gente ignorante llegue a ti y sé amable contigo mismo. No les hagas caso y recuerda que tienes tanto derecho a montar en bici como cualquier otro.
Es fácil que resbales con tu bici o cometas algún error, especialmente si eres un ciclista nervioso, pero no abandones. Haz del ciclismo algo divertido, vete con un amigo a dar una vuelta, pedalea bajo el sol y simplemente haz rodar la bicicleta. Y si ves a otro ciclista gordo, asegúrate de tocar el timbre en señal de solidaridad.
No renunciéis a vuestra afición. Por mi parte os animo a pedalear. Suerte en vuestro desafio y que seáis felices.

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