SALIDA DEL 13 DE JUNIO

A pesar de que la previsión del tiempo nos auguraba agua, el domingo amaneció perfecto para disfrutar de una mañana de bicicleta. El solecito reinaba en nuestro azulado cielo.
Como ya sabíamos de antemano, el día de convivencia organizado por el C.C. de Mollina no se hizo pero, el Club Ciclista el Efebo y nuestro Club, nos reunimos a las nueve de la mañana en la Plaza de Castilla para disfrutar de un domingo espléndido de cicloturismo. Se hicieron las fotos de rigor y como no, un minuto de silencio dedicado a nuestro amigo y socio Cayetano. La ruta sería la prevista aunque el día de convivencia no se organizara: Bobadilla Pueblo - La Colonia - Humilladero - Mollina - Crta. de la Arenca - Cartaojal (Parada para el desayuno) -N331 - Puente de Lucena - Polígono Ind. (parada de reagrupamiento frente a la Renault) y vuelta por las calles de Antequera. 70 Kilómetros de ruta para las piernas.
La salida fue prudente, todos juntos, notando el fresquito en nuestras piernas y rostros.La presencia fue masiva. No se cuantos ciclistas harían acto de presencia pero fuimos muchos los que montados en nuestras monturas pedaleariamos en este precioso día de mediados de junio por las carrteras de nuestra comarca.
Después de cruzar la carretera de Campillos y dirigirnos hacia Humilladero, la gente empezó a acelerar el paso. Empezaron los clásicos tirones hasta que por fin los "fieras" empezaron a coger ritmo hasta destrozar el pelotón. A partir de ahí, cada uno a su ritmo. Cada cual se arrima al compañero que más se acomoda a su cadencia y a vivir de tu afición. Pedalea, conversa, mira, observa, comparte...
Las lluvias del sábado por la tarde habían dejado el asfalto límpio, el ambiente libre de polen y un aroma en los campos que invitaba a estar al aire libre disfrutando de lo que mas nos gusta: pedalear.
A las once y media llegamos a Cartaojal. Alli reunión de amigos, desayuno: unos toman barritas, otros platano, otros café en el bar... esperamos a que lleguen los últimos, dejamos que tambien se tomen algo y partimos hacia Antequera. La bajada se hace espectacular. Todos a plato, dejándose caer con ganas cuesta abajo; velocidad de vértigo, adelantamientos, aire, sol, mentes en blanco, libertad, felicidad... un todo lo que nos ofrece la bicicleta.
Acercándonos a Antequera el cielo se fué, como por arte de magia, oscureciendo. Las nubes ocultaron el azul que nos había acompañado todo el camino y alguna que otra gota empezó a dejarse ver tímidamente. -"nos vamos a librar por los pelos"- decían mirando hacia arriba. Pero nada de lluvia, pudimos cruzar las calles de Antequera sin problemas. Todos apiñados tras el furgón comandado por José Miguel, ocupando las calles, observados atentamente desde las aceras por los viandantes.
Una mañana perfecta, de esas que te hacen repetir, que te enganchan, que se te quedan grabadas en la retina y en el alma, esas que te desmuestran donde se encuentra la felicidad, esas que te hacen seguir hacia delante, esas que no quieren que se acaben nunca...
Tranquilos, esas mañanas seguiran existiendo para vosotros. Somos mas que un Club. Somos un grupo de amigos que disfrutamos de la bicicleta.