SALIDA DEL 1 DE AGOSTO



Primer día de agosto. Altas temperaturas. Viento de levante.
A las nueve de la mañana, como cada domingo, un buen número de socios sale de la Plaza de Castilla para afrontar una buena etapa de 85 Km. por tierras del famoso bandolero José Pelagio Hinojosa Cobacho, más conocido como El Tempranillo. Y fue, dicen, por mor de una mujer la causa de que su navaja se clavase en el pecho de otro hombre y fue allí donde le dijeron eso de: "Temprano empiezas muchacho, temprano empiezas..." pero eso es otra historia no exenta de leyendas apasionantes que circularon por estas tierras y que dejamos para otra mejor ocasión.
Volviendo a nuestro recorrido decir que fué una ida y vuelta a Corcoya circulando por carreteras prácticamente llanas y de buen piso generando un ritmo fuerte.
La gente salió con ganas aprovechando el fresquito de esas horas de la mañana y por la N-331 dirección Alameda la velocidad media fue de 30 Km/h. A esas alturas casi todo el mundo siguió el ritmo a rueda aunque, sabedores de que quedaban muchos kilómetros por delante, algunos aflojaron un poco para no sufrir demasiado a la vuelta.

Llegar a Alameda fué un visto y no visto. A partir de ahí una carretera con los tres primeros kilómetros en mal estado nos conduciría después por una recién asfaltada directamente a Corcoya, donde haríamos un alto para el desayuno y el reagrupamiento.
Una vez estomagos llenos y cuerpos hidratados, volvemos hacia Alameda desde Corcoya sin dejar que el tiempo pase mucho porque, a esas horas, el calor ya empieza a apretar con fuerza en estas tierras andaluzas. Subimos la única cota fuerte del día que es la propia salida de Alameda y ponemos la directa hacia Antequera con un aire en contra que nos hace posicionarnos en nuestras "flacas" aerodinámicamente para ofrecer menos resistencia a ese aire que nos hace metro a metro cada vez mas daño. Eso hace que se vayan haciendo pequeños grupos, acoplándose cada uno a la rueda que más se ajusta a su ritmo, pero nadie sin querer estar en tierra de nadie porque, con ese viento de levante, ir solo es morir por Dios.
A tope por la N-331, llegamos acalorados y cansados a Antequera, siempre vigilados por la furgoneta de asistencia del Club, conducida por Juan Valle. El circuito hay que reconocer que es estupendo para rodar en bicicleta. Uno de los mejores aspectos es la poca circulación de vehiculos que existe por aqui. Lo que nos hace rodar tranquilos aunque no siempre confiados.
Una vez en nuestra ciudad, vuelta publicitaria y a casa en busca del aire acondicionado y el agua fresca. ¡¡¡Hasta la semana que viene compis, que subiremos nada más y nada menos hasta El Torcal!!!

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